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Estuve unos meses en el bote. Había muchos policías presos, dato curioso, y normalmente, la autoridad no los apoyaba en lo más mínimo y tenían que cuidarse solitos. Uno me caía muy bien, era super higiénico y respetuoso. Luego me enteré que era tránsito, y aprendí que esas criaturas en el fondo también tienen un alma. O al menos, que sí hay una excepción a la regla.
parece ser que los mexicanos sólo confían en las fuerzas armadas
de ahí para abajo ya son puras tristezas
fuente: https://www.inegi.org.mx/programas/envipe/2024/#microdatos